En los trasplantes el órgano donante es el elemento principal. Sin él no hay trasplante. Cuando está disponible, debe ser perfecto desde los puntos de vista anatómico y funcional. Por ello, debe extraerse y conservarse de forma minuciosa. En nueve de cada diez casos, estos órganos se extraen de un donante en estado de muerte cerebral, y en dos de cada tres el procedimiento incluye la extracción de varios órganos: corazón, pulmones, hígado, riñones, páncreas, intestino, hueso, córneas e incluso piel. Se deben extraer todos los órganos útiles con el fin de reducir el tiempo de espera de estos enfermos, que a veces puede ser mortal. La operación es compleja: requiere la intervención de varios equipos y hay que actuar con rapidez. Por fortuna, está perfectamente estandardizada. Todo buen cirujano debe conocerla con detalle, ya que tarde o temprano tendrá que enfrentarse a ella, cualquiera que sea el lugar donde ejerza. El artículo sobre técnicas quirúrgicas debe leerse intentando imaginar la atmósfera que rodea al procedimiento. Así pues, hay que imaginar que se trata de una situación poco habitual. Una familia está de duelo, una persona ha decidido donar sus órganos, y su intervención, que en realidad concierne a un «muerto», dará la vida a otra persona. Un último consejo: como experto en la cirugía de su especialidad, deberá poner especial atención en la extracción de órganos con los que no está familiarizado. Así se reconoce a los «buenos extractores».