La inestabilidad rotuliana se define a partir de unos criterios clínicos y radiográficos. El cirujano tiene que restablecer la congruencia femoropatelar y realinear el aparato extensor con el fin de prevenir nuevos episodios de luxación patelar. Las operaciones sobre partes blandas, como son la sección del alerón externo, la plastia del vasto interno o la reparación del ligamento patelofemoral medial y las operaciones sobre huesos, se definen para realinear el aparato extensor con la medialización de la tuberosidad tibial anterior o bien para normalizar el índice rotuliano en la patela alta. En algunos casos, poco frecuentes, se puede modificar la forma de la tróclea mediante trocleoplastias de levantamiento del borde externo o bien de profundización de la tróclea. El plan terapéutico preoperatorio debe identificar las diferentes anomalías morfológicas y cuantificarlas por medio de las exploraciones complementarias (radiografías simples y TC) para corregirlas una por una combinando diversas técnicas quirúrgicas.