Diagnóstico y tratamiento de la pleuritis - 01/08/08
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Resumen |
La pleuritis es una acumulación de líquido en el espacio pleural como consecuencia de una enfermedad pulmonar, pleural o extrapulmonar. En su formación pueden intervenir varios mecanismos, como un aumento de la permeabilidad de la membrana pleural, un aumento de la presión capilar, una disminución de la presión intrapleural, una disminución de la presión oncótica y una obstrucción linfática. El médico trata de llegar al diagnóstico recurriendo lo menos posible a las exploraciones invasivas. La primera etapa consiste en determinar si se trata de un trasudado (con permeabilidad normal de los capilares respecto de las proteínas) o de un exudado (con alteración de la permeabilidad de los capilares locales o de la superficie pleural). Para ello se realiza una punción pleural con o sin asistencia radiológica, se aprecia el aspecto del líquido, se mide la concentración de proteínas y deshidrogenasas lácticas, se realiza una tinción de Gram y se practican un examen citológico y cultivos microbiológicos en busca de micobacterias. Se desaconseja la punción en los derrames pleurales bilaterales que, por su significado clínico, inducen a sospechar un trasudado. Sin embargo, esto no vale si el cuadro es dudoso o no responde bien al tratamiento, ni cuando se carece de información exhaustiva en cuanto a la medicación que el paciente ha recibido y que pudiera haber originado el derrame pleural. Si se trata de un exudado, y la valoración realizada a partir de punción no ha dado con el diagnóstico, es necesario practicar otras exploraciones más invasivas. Las biopsias percutáneas o con asistencia radiológica tienen un alto rendimiento diagnóstico en las granulomatosis pleurales. Siempre debe cultivarse un fragmento de tejido para buscar una tuberculosis. En las pleuritis malignas, el rendimiento es mayor si se combinan ambas técnicas (57% de diagnósticos de cáncer) que si se practica sólo la punción. Las biopsias percutáneas pleurales guiadas radiológicamente también aumentan el rendimiento diagnóstico, sobre todo en las lesiones voluminosas, pero no posibilitan la exploración de la cavidad pleural que, en algunas situaciones, tiene importancia en cuanto al pronóstico. Cuando estas exploraciones poco invasivas (especialmente el análisis del líquido pleural) no bastan para establecer el diagnóstico, se debe practicar una toracoscopia con anestesia local o general, en el marco de una hospitalización breve. El drenaje se retira en la mesa de examen o durante la hora siguiente, una vez que el pulmón ha vuelto a expandirse. Mediante la toracoscopia se pueden recoger múltiples muestras de material pleural bajo control visual y se puede examinar cuidadosamente la cavidad pleural. Cuando el derrame pleural recidiva y las lesiones pleurales presentan características específicas es posible, al mismo tiempo, practicar una pleurodesis por insuflación de talco y dejar instalado el drenaje torácico durante unos días. En estos casos el método de referencia es la pleurodesis toracoscópica por insuflación de talco puro, estéril y calibrado, puesto que un reciente estudio prospectivo internacional ha demostrado sus cualidades de eficacia y seguridad.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras Clave : Pleuritis, Biopsia pleural percutánea, Toracoscopia, Exudado pleural, Trasudado pleural, Pleurodesis, Talco
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