Manejo de una poliartritis aguda - 10/01/25

Resumen |
La poliartritis aguda requiere un proceso diagnóstico riguroso y estandarizado, con el fin de identificar una urgencia terapéutica y establecer un diagnóstico. La anamnesis es fundamental, ya que permite en particular conocer los antecedentes articulares personales y familiares del paciente, así como detectar un contagio o una puerta de entrada infecciosa y la presencia de signos extraarticulares, que pueden orientar hacia una enfermedad sistémica. A continuación, se realiza un estudio de laboratorio y radiológico básico, seguido de pruebas de segunda línea, que se guían por el contexto y los signos extraarticulares. Los principales marcos nosológicos son la poliartritis infecciosa (bacteriana o viral), la poliartritis microcristalina, el reumatismo inflamatorio crónico incipiente, las conectivopatías, la vasculitis y la poliartritis paraneoplásica. Cualquier poliartritis febril o con afectación visceral (insuficiencia renal, pulmonar, neurológica o cardíaca) requiere hospitalización urgente. Los pacientes deben ser remitidos a un reumatólogo de forma sistemática y, siempre que sea posible, antes de iniciar una corticoterapia, para no enmascarar los signos y síntomas esenciales para el diagnóstico y el tratamiento del paciente.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : Poliartritis, Aguda, Diagnóstico, Infección, Reumatismo inflamatorio crónico, Conectivopatía
Esquema
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