Secreciones sudorípara y sebácea - 07/01/25
Resumen |
Las glándulas sudoríparas y sebáceas forman parte de los anexos de la piel y desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la homeostasis epidérmica. Existen dos tipos de glándulas sudoríparas: ecrinas y apocrinas. Se diferencian en su histofisiología, número, localización y función. Además de su papel bien establecido en la termorregulación, algunas tienen funciones inmunomoduladoras, antimicrobianas o excretoras. El sudor secretado es un líquido acuoso inodoro e hipotónico cuya composición difiere según sea de origen ecrino o apocrino. Pueden aparecer trastornos funcionales de la producción de sudor, y su evaluación cualitativa y cuantitativa se determina mediante pruebas no invasivas. Pueden utilizarse diversos métodos para distinguir de forma objetiva las zonas cutáneas hiper, hipo o anhidróticas, así como para comparar la actividad de las glándulas sudoríparas. Las glándulas sebáceas se encuentran por todo el cuerpo y forman parte de los folículos pilosebáceos. Se identifican tres tipos de folículos pilosebáceos, en función del volumen de la glándula sebácea y del tamaño del pelo. Los sebocitos que componen la glándula sebácea sufren un proceso de maduración seguido de muerte celular, lo que da lugar a la secreción holocrina de sebo. El sebo es rico en triglicéridos, ésteres de cera, esteroles y escualeno, y tiene muchas funciones, como barrera cutánea, hidratación, actividad antibacteriana, antioxidante e inmunitaria. Las alteraciones de su producción y composición pueden provocar trastornos cutáneos como acné, xerosis y alopecia.
Palabras clave : Glándula sudorípara, Sudor, Glándula sebácea, Sebo, Trastornos cutáneos
Esquema
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