La artritis juvenil idiopática es la primera causa de artropatías inflamatorias crónicas del niño. Se trata de un grupo heterogéneo de patologías que engloban las artritis persistentes de causa desconocida. Su diagnóstico precoz es esencial, porque permite limitar el riesgo de secuelas articulares y oculares en algunas formas. Saber reconocer clínicamente la artritis es el punto crítico para pensar en el diagnóstico y remitir al niño hacia un tratamiento especializado y multidisciplinario. El objetivo principal del tratamiento es intentar la remisión completa, lo que requerirá el uso de bioterapias en alrededor del 50% de los casos. El pronóstico global ha mejorado progresivamente debido al uso cada vez menos frecuente de los corticoides a largo plazo y a la mejora de la eficacia de los tratamientos y de las herramientas de seguimiento de los pacientes. Sin embargo, alrededor del 50% de los pacientes siguen teniendo una enfermedad evolutiva en la edad adulta.