La hipertensión arterial es la principal enfermedad crónica en el mundo. En Francia, por ejemplo, la padecen unos 17 millones de adultos. Sus dos ejes de tratamiento son las recomendaciones higienicodietéticas y los tratamientos farmacológicos. Las recomendaciones higienicodietéticas constituyen el tratamiento de primera línea de la hipertensión arterial leve y son complementarias al tratamiento medicamentoso si resulta necesario instaurarlo. Los datos publicados coinciden en que tienen un impacto significativo en los niveles de presión arterial. Moderar la ingesta de sal, aumentar la ingesta de potasio, la dieta DASH (dietary approaches to stop hypertension, enfoques dietéticos para detener la hipertensión), moderar el consumo de alcohol, la actividad física regular y la pérdida de peso en caso de sobrepeso son las intervenciones con mayor impacto sobre el riesgo cardiovascular y metabólico. Además de tratar la hipertensión, las recomendaciones higienicodietéticas también pueden ayudar a reducir el riesgo cardiovascular global. Por tanto, parece vital animar a los pacientes a adoptar estos comportamientos saludables. En la práctica, la instauración de medidas higienicodietéticas requiere un período de educación terapéutica en el momento del diagnóstico, seguido de un estrecho seguimiento para garantizar que los pacientes adhieren a estos nuevos comportamientos. También se puede prever un enfoque multidisciplinario para optimizar el apoyo al paciente en este importante aspecto del tratamiento.