Paciente con sonda vesical permanente en el domicilio - 18/09/24
Resumen |
La sonda vesical permanente está indicada en pacientes con incontinencia urinaria o retención permanente (vejiga neurógena, hipertrofia benigna de próstata en pacientes inoperables) cuando no es posible otra alternativa. En todos los casos, su colocación debe ser atraumática, indolora y estéril. Existen distintos modelos de sondas, pero en los sondeos permanentes se suele utilizar una sonda con balón del calibre 16 o 18 Ch, 100% de silicona, porque se tolera mejor. La bolsa colectora de orina debe ser estéril, vaciable y debe tener una válvula antirreflujo, con un tubo de buen calibre, semirrígido y con una zona de extracción de orina. Los cuidados higiénicos son indispensables. Hay que realizar un lavado con agua y jabón y retraer el prepucio en los varones. La diuresis debe ser abundante para evitar la obstrucción de la sonda. Deben respetarse algunas normas: verificar el flujo adecuado de la orina, no desconectar la sonda de la bolsa colectora salvo en caso de urgencia y de forma aséptica, respetar los plazos de cambio de la sonda (mensualmente), vaciar de forma periódica la bolsa colectora con ayuda de la llave de vaciado. Cualquier paciente portador de una sonda permanente presenta una infección urinaria al cabo de 3 días si no se respeta la norma del sistema cerrado. Sólo las infecciones urinarias sintomáticas (fiebre, dolor, escalofríos, epididimitis, etc.) deben tratarse mediante una antibioticoterapia adecuada. La muestra para el estudio citobacteriológico de orina (ECBO) debe tomarse del sitio de extracción de la bolsa colectora, después de su desinfección, con una jeringa y una aguja. Nunca debe tomarse una muestra de orina de la bolsa colectora, porque la orina presente en ella puede haber estado almacenada varias horas y el ECBO puede ser ininterpretable. Si no hay un sitio de extracción, la orina debe recogerse directamente a la salida de la sonda, desconectando ésta de la bolsa, de forma aséptica. Cuando la sonda se obstruye, el paciente refiere dolor hipogástrico y pueden producirse fugas alrededor de la sonda. En este caso, hay que realizar lavados vesicales con jeringa e incrementar la ingesta de líquido. Si la sonda no se puede desobstruir, hay que sustituirla. Aunque los pacientes portadores de una sonda permanente son cada vez más numerosos, siempre hay que preguntarse si no hay una solución mejor para garantizar el vaciamiento vesical. La indicación del sondeo permanente puede cuestionarse en función de la evolución de la situación del paciente.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : Sonda vesical, Colonización, Infección del aparato urinario, Leucocituria
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