Las infecciones parasitarias se encuentran ampliamente extendidas por todo el mundo, y son muy frecuentes en las zonas tropicales. De manera poco habitual, pueden incluir manifestaciones articulares, que son de dos tipos: artritis reactiva causada por una parasitosis que se produce a distancia de las articulaciones y que puede manifestarse en forma de reumatismo inflamatorio agudo, subagudo o crónico, y artritis parasitaria aguda debida a la presencia de un parásito en la cavidad articular. Es importante diagnosticar estas artropatías, ya que el tratamiento de la parasitosis responsable comporta prácticamente siempre la curación completa. Por otra parte, los tratamientos inmunosupresores, frecuentemente utilizados en los reumatismos inflamatorios, pueden provocar un síndrome de hiperinfección en individuos portadores de una estrongiloidosis asintomática, cuyo desenlace es a menudo fatal.