Estrategias diagnósticas ante una sordera infantil - 20/12/23
Resumen |
La estrategia diagnóstica ante una sordera infantil ha evolucionado mucho gracias a la detección sistemática neonatal instaurada en 2014. Se considera que más de la mitad de las sorderas congénitas son de origen genético y alrededor de un tercio son de origen infeccioso. En las sorderas de origen genético, se distinguen las sorderas aisladas y las sorderas sindrómicas, en las que una detección sistemática de las alteraciones asociadas es indispensable. En las sorderas de origen infeccioso, el citomegalovirus (CMV) es la principal causa identificada y puede provocar cualquier tipo de sorderas: leve a profunda, fluctuante, asimétrica, retardada, etc. En caso de sordera congénita bilateral de severa o profunda, se debe realizar sistemáticamente un estudio genético, una reacción en cadena de la polimerasa (PCR) del CMV, pruebas de imagen y un estudio de las alteraciones asociadas (exploración vestibular, tira reactiva de orina, ecografía renal). En caso de sordera congénita unilateral, se solicita una PCR del CMV y una resonancia magnética de los peñascos. En caso de sordera de percepción adquirida, se sospecha una infección congénita por CMV, una malformación del oído interno, o una afectación autoinmunitaria. En caso de sordera de transmisión, la clínica y el contexto suelen ser muy sugestivos de la causa, por lo que debe realizarse una anamnesis rigurosa y, si es preciso, efectuar una tomografía computarizada de los peñascos.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : Sordera genética, Sordera sindrómica, CMV, Detección sistemática
Esquema
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