Las manifestaciones otorrinolaringológicas (ORL) de la tuberculosis son infrecuentes en los países con una alta renta per cápita debido a la baja incidencia de la enfermedad. La levedad frecuente de los síntomas y su carácter polimorfo hacen que el diagnóstico sea difícil y a menudo tardío. La presencia de una sintomatología rebelde a los tratamientos habituales y un contexto sugestivo obligan a sospechar una tuberculosis. Para el diagnóstico se emplean muestras microbiológicas y patológicas. Su sensibilidad es a veces insuficiente y puede obligar a repetir los exámenes. Sin tratamiento, la tuberculosis es mortal en la gran mayoría de los casos. El tratamiento, tanto médico como a veces quirúrgico, es complejo, aunque es esencial para asegurar la recuperación del paciente y evitar las recidivas.