Tanto en la práctica civil como en los recientes conflictos armados, alrededor de un tercio de las heridas por proyectiles afectan a la región cefálica. Las heridas por proyectiles de la cara y del cuello son penetrantes en la mayoría de los casos y requieren un tratamiento urgente sistematizado ante los riesgos de asfixia y de hemorragia. El paciente que presenta esta afectación debe ser trasladado a un centro especializado que disponga de unos medios técnicos completos. El diagnóstico inicial de las lesiones se basa en la exploración física. La constatación de un shock hemorrágico, de un hematoma cervical expansivo o de dificultad respiratoria secundaria a una lesión laringotraqueal obliga a realizar una exploración quirúrgica de extrema urgencia. En los pacientes estables, la angiotomografía computarizada permite una evaluación inicial de las lesiones muy útil que orienta el tratamiento quirúrgico. Estas lesiones por proyectiles suelen acompañarse de lesiones de las estructuras nerviosas cervicales y de lesiones del tracto digestivo. Estas últimas deben buscarse sistemáticamente, porque pueden causar complicaciones funcionales o infecciosas graves. El tratamiento a medio plazo de las heridas por proyectiles de la cara, causantes a menudo de gran destrucción tisular, ha experimentado una revolución con la aparición de los colgajos libres, recientemente asistidos por programas informáticos de modelización 3D. Además del aspecto estético, el reto medicoquirúrgico consiste en restaurar la funcionalidad compleja de la cara. Sólo la participación de un equipo multidisciplinario, médico y paramédico, puede permitir recuperarla.