El síncope es un problema frecuente en el anciano. Tanto el protocolo diagnóstico y etiológico como el tratamiento pueden ser difíciles de realizar por la polipatología y/o trastornos cognitivos importantes. A diferencia del mareo, el síncope tiene una definición precisa. Se trata de una pérdida de conocimiento breve y de resolución espontánea. Siempre es secundario a un descenso transitorio del flujo sanguíneo cerebral global y puede tener diferentes orígenes; en el anciano, los más frecuentes son los síncopes reflejos, como el síndrome del seno carotídeo, la hipotensión ortostática y las etiologías cardíacas. Para el diagnóstico, se procede en primer lugar a una anamnesis detallada del paciente y de su entorno, una exploración física que incluya la búsqueda de una hipotensión ortostática y un electrocardiograma de 12 derivaciones. A continuación, se basa en el masaje del seno carotídeo y, en ocasiones, en otras pruebas que dependen de la existencia o no de una cardiopatía subyacente y/o de otros argumentos en favor de una etiología cardíaca. El tratamiento depende de la etiología.