La bronquiolitis es una enfermedad vírica frecuente en los lactantes. Su diagnóstico es esencialmente clínico. Puede manifestarse como dificultad respiratoria, dependencia del oxígeno, apneas y trastornos de la alimentación. Algunas formas graves requieren hospitalización. Los criterios de hospitalización están bien codificados. La terapéutica ha evolucionado notablemente en los últimos 20 años. En las formas leves, se limita a la vigilancia y una desobstrucción rinofaríngea frecuente y suave. En las formas graves, se puede proponer un soporte ventilatorio como una presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP) o cánulas nasales de alto flujo, a fin de disminuir el trabajo respiratorio y evitar el agotamiento de los niños. Su evolución es buena, por regla general, en 1-2 semanas. En algunos casos puede recidivar. Después de tres episodios en el mismo niño, se habla de «asma del lactante». El tratamiento es similar al del asma.