La tráquea es la porción cervicotorácica de las vías respiratorias entre la laringe y los bronquios. Es un conducto fibromusculocartilaginoso en forma de U que sirve de paso para el aire inspirado y espirado. Está formada por 15-20 anillos cartilaginosos incompletos, abiertos hacia atrás y cerrados por el músculo traqueal. Sigue a la laringe a la altura de la 6.^a vértebra cervical y se divide en dos bronquios principales en el mediastino a la altura de la 5.^a vértebra torácica. La tráquea se relaciona con el esófago por la parte posterior, lo que explica la presencia de algunas patologías como las fístulas traqueoesofágicas. Por delante, al nivel cervical se relaciona con la glándula tiroidea y al nivel torácico con los elementos vasculares del tórax, en particular con el cayado aórtico a la altura de T4. Por su estructura fibromusculocartilaginosa, la tráquea resiste el colapso durante la respiración y adapta su diámetro gracias al músculo traqueal. La tráquea también desempeña funciones inmunitarias a través de su aparato mucociliar, que permite el drenaje y la eliminación de las partículas inhaladas hacia la faringe, pero también a través de las acumulaciones linfoides parietales que forman el tejido linfoide asociado a los bronquios (BALT). Hay muchas maneras de explorar la tráquea. La endoscopia flexible o rígida es una herramienta muy interesante para el diagnóstico, en particular de las lesiones tumorales, pero también permite efectuar procedimientos terapéuticos, como la extracción de cuerpos extraños o el tratamiento de una estenosis. La prueba de imagen de referencia de la tráquea es la tomografía computarizada, aunque las radiografías simples pueden proporcionar datos útiles.