La rehabilitación de la arteriopatía de los miembros inferiores, que incluye la claudicación arterial, la reanudación de las actividades, el control de los factores de riesgo y la calidad de vida, constituye un tratamiento de primera línea de esta patología. La trayectoria del paciente organizada con base en una valoración multifactorial (particular importancia de las pruebas de la marcha), se basa en una readaptación personalizada al esfuerzo y en una educación terapéutica dirigida a los cuatro ejes que son la nutrición (dieta mediterránea), la actividad física, la abstinencia tabáquica y el cumplimiento del tratamiento médico. Los ejercicios físicos son variados, orientados a mejorar las capacidades aeróbicas tanto locales como generales; es discutible el beneficio de provocar un calambre por isquemia. En función de los casos, se establecerá un programa supervisado en un centro de reeducación para las formas más avanzadas o se organizará un programa para las formas más moderadas que el paciente realizará a lo largo de su vida diaria, pudiendo hacer uso de la telemedicina. Al finalizar el tratamiento, se determinará un verdadero plan de vida individualizado, teniendo en cuenta la dimensión psicológica y socioeconómica. Se establecerán estrategias de seguimiento y apoyo regulares con el fin de garantizar la constancia de los cambios de hábitos.