La exploración del metabolismo del calcio y del fosfato se efectúa en presencia de síntomas que sugieren anomalías en la concentración sérica de calcio y fosfato, litiasis renal, en la exploración de osteopatías fragilizantes y en presencia de calcificaciones de los tejidos blandos, articulares o extraarticulares. Se pueden encontrar una o más anomalías de la calcemia, la fosfatemia, la calciuria, la fosfaturia, la hormona paratiroidea y los metabolitos de la vitamina D. La interpretación adecuada de la asociación de distintas anomalías mediante un enfoque gradual que utiliza diversos instrumentos, como los parámetros fosfocálcicos de referencia de la sangre y la orina, las hormonas calciótropas y las hormonas que regulan la homeostasis del fosfato, los marcadores de remodelación ósea, las pruebas dinámicas y la investigación genética específica, permite realizar diagnósticos de certeza. Esta buena interpretación está vinculada a un buen conocimiento de la homeostasis del calcio y el fosfato, las limitaciones analíticas de las diversas determinaciones disponibles en la práctica actual y las posibilidades de exploración en centros especializados. Una anomalía aislada o anomalías complejas crónicas inexplicadas pueden explorarse en centros especializados para realizar pruebas dinámicas e investigaciones genéticas. De este modo, es posible un tratamiento adecuado para el diagnóstico del trastorno del metabolismo fosfocálcico. La eficacia de los tratamientos farmacológicos o quirúrgicos para la prevención de la recidiva de la litiasis renal, las fracturas y los signos de osteomalacia se logra mejor con tratamientos dirigidos a la causa y no al síntoma.