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L’acide nicotinique dans le traitement des dyslipidémies - 15/04/08

Doi : MMM-01-2008-2-1-1957-2557-101019-200800732 

A. Fredenrich

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L’acide nicotinique, ou niacine, est connu pour ses propriétés normolipidémiantes depuis les années 1950 [1]. Il a d’ailleurs fait l’objet du premier essai de prévention cardiovasculaire par intervention sur le facteur lipidique, le coronary drug project (CDP). Malgré des effets secondaires non négligeables, essentiellement à type de bouffées vasomotrices, il a depuis été utilisé, essentiellement aux États-Unis, comme traitement des hyperlipidémies mixtes, grâce à son effet hypotriglycéridémiant pour l’augmentation du cholestérol-HDL. Une méta-analyse a permis de montrer que la niacine faisait diminuer le cholestérol total de 9,7 %, le cholestérol-LDL de 12,4 %, les triglycérides de 20 %, et augmenter le cholestérol-HDL de 15,7 % [2]. Par ailleurs, il faut noter que la niacine est la seule molécule normolipémiante qui diminue le taux plasmatique de lipoprotéine (a) (de 13 à 40 % selon les études). Son utilisation en France revient actuellement à l’ordre du jour en raison d’une part, d’une modification galénique (mise à disposition d’une forme à libération prolongée – LP –, susceptible de diminuer l’incidence des effets secondaires) et d’autre part, en raison d’une meilleure connaissance de la physiopathologie des hyperlipidémies mixtes et de l’importance de l’élévation du cholestérol-HDL dans la prévention de l’athérosclérose.


Mots clés : Acide nicotinique , Dyslipidémie , HDL-cholestérol , Niacine , Prévention cardiovasculaire


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Vol 2 - N° 1

P. 28-31 - janvier 2008 Regresar al número
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