La comunidad sanitaria necesita pruebas sobre el terreno fiables que permitan evaluar la capacidad cardiovascular de los pacientes. La ventaja de las pruebas sobre el terreno es que están más cerca de la función que las pruebas de laboratorio y son menos costosas en términos de personal y de material. En cambio, no proporcionan una medida precisa del consumo máximo de oxígeno limitado por el esfuerzo (VO_2pico) ni una explicación de las limitaciones de rendimientos. Pueden correlacionarse con el VO_2pico, pero no pueden servir para medirlo de manera precisa. La prueba de la marcha de 6 minutos es, con mucho, la más conocida, estudiada y utilizada; también pueden utilizarse otras pruebas. Las pruebas de resistencia parecen ser más sensibles para medir los efectos de una intervención terapéutica (IT) que las pruebas similares a la velocidad máxima aerobia (VMA). Se describen aquí las principales pruebas sobre el terreno que evalúan el rendimiento, su validación científica y sus modalidades prácticas.