La sarcoidosis es una afección sistémica granulomatosa de causa desconocida. Sus manifestaciones cutáneas son muy polimorfas. Clásicamente, se dividen en lesiones específicas, porque están formadas por granulomas de evolución a menudo crónica, y lesiones inespecíficas, principalmente el eritema nudoso de evolución aguda. Se observan aproximadamente en el 25% de los pacientes que sufren sarcoidosis. La afectación cutánea puede ser inaugural. El diagnóstico de sarcoidosis cutánea enfrenta al clínico a tres problemas: la búsqueda de una localización visceral de la enfermedad; la evaluación del pronóstico; el tratamiento prolongado, que asocia una vigilancia regular y, en caso de molestias estéticas o funcionales, un tratamiento.