La cirugía del tejido adiposo engloba una serie de procedimientos específicos. Aunque la lipoaspiración es más antigua, la transferencia de tejido adiposo, más reciente, la complementa y estos procedimientos pueden combinarse en la actualidad entre ellos, sobre todo con las dermolipectomías más clásicas. Además de las indicaciones estéticas, las solicitudes de cirugía reparadora se han disparado en la última década, en relación con el aumento de las cirugías bariátricas realizadas, lo que genera una afluencia importante de pacientes a los servicios de cirugía plástica. En Francia, por ejemplo, esta cirugía ya se realiza en más pacientes que en Estados Unidos (8,4 pacientes operados por 10.000 frente a 6,1 por 10.000, respectivamente), con 450.000 obesos operados en Francia desde 2006, de los que un 80% eran mujeres. La demanda es colosal. Además, el tejido adiposo ya no se considera tan sólo un simple reservorio energético, sino que actualmente se contempla como un auténtico órgano endocrino activo, que contiene más de 600 factores con actividad autocrina y paracrina. El descubrimiento de las células estromales mesenquimatosas suscita también un gran entusiasmo en cirugía regeneradora, debido a sus propiedades antiinflamatorias y proangiogénicas. Por tanto, el tejido adiposo puede extraerse e injertarse en una localización donde es deficitario, de modo que constituye en la actualidad uno de los mejores productos de llenado utilizables para distintas pérdidas de sustancia con la característica de ser el único que es autólogo y activo. Además, han aparecido nuevas técnicas que tienen el objetivo de transferir las células de la fracción vascular estromal. El objetivo de este artículo es resumir el conjunto de las técnicas que se utilizan en cirugía plástica para modificar o utilizar el tejido adiposo.