Las fracturas del tobillo en el niño son un motivo frecuente de consulta en los servicios de urgencias. Afectan con frecuencia a la zona de la unión metafisoepifisaria de los dos huesos de la pierna y son del tipo desprendimiento epifisario. La clasificación más utilizada en este contexto es la de Salter y Harris. Las fracturas extraarticulares se tratan con frecuencia de forma ortopédica conservadora, con reducción e inmovilización con yeso. El tratamiento quirúrgico es necesario cuando existe una fractura articular desplazada. En las fracturas Salter y Harris de tipo II, III, IV y V hay que considerar con seriedad el riesgo de epifisiodesis, tanto más cuanto más joven es el niño. Las fracturas triplanares y de Tillaux aparecen en la adolescencia en un período próximo al de la madurez ósea y tienen un riesgo alto de incongruencia articular. Las fracturas del astrágalo son poco frecuentes en el niño y en general tienen un mejor pronóstico que en los adultos. Resulta indispensable un adecuado análisis clínicorradiológico para poder adaptar el tratamiento a cada tipo de fractura y en función de la edad del niño. Esto condicionará el pronóstico de crecimiento local a medio y largo plazo.