La correcta estadificación de los pacientes es esencial para decidir una estrategia terapéutica óptima, sobre todo porque hoy en día se distingue a los pacientes oligometastásicos, que pueden recibir tratamientos locales dirigidos en lugar de la terapia de privación de andrógenos. La medicina nuclear ocupa un lugar importante en las pruebas de imagen del cáncer de próstata (CP). Sin embargo, al analizar la remodelación ósea, la gammagrafía ósea (GO) con bifosfonatos marcados con tecnecio (99m), utilizada durante años para explorar las patologías óseas, sólo estudia la progresión metastásica ósea. Las exploraciones del metabolismo de los lípidos de membranas y la expresión de receptores de membrana, la fluorocolina (FCH) y los ligandos radiomarcados del antígeno de membrana específico de la próstata (PSMA) en la tomografía por emisión de positrones (PET), acoplada a la tomografía computarizada (TC), o, más recientemente, a la resonancia magnética (RM), mejoran la evaluación de extensión e identifican todos los posibles sitios de localización metastásica, con una gran especificidad y sensibilidad. Además, otros radiofármacos en desarrollo permitirán el acoplamiento de las pruebas de imagen diagnósticas y la terapia de la misma diana biológica mediante la adaptación del radioelemento, y se volverán esenciales en el tratamiento del CP.