La actimetría consiste en el análisis objetivo y cuantificado la actividad de una persona. Permite, a los profesionales de la rehabilitación, objetivar diferentes actividades realizadas por los pacientes. Por ejemplo, es posible medir el nivel de actividad de marcha o de utilización de una extremidad superior con algún déficit, su duración y frecuencia y los períodos de descanso. Los instrumentos que se utilizan en actimetría son diversos. Este artículo presenta instrumentos equipados con sensores inerciales, es decir, que utilizan, entre otras magnitudes, la aceleración de uno o más segmentos corporales de la persona para estimar su actividad. Gracias al desarrollo tecnológico en curso, estos instrumentos son fáciles de usar, portátiles, autónomos y ligeros y permiten cuantificar la actividad de una persona durante varios días, fuera de los entornos clínicos o de investigación. La problemática social asociada a la inactividad física y a las caídas de las personas ha popularizado el uso de los instrumentos de actimetría, particularmente de los monitores de actividad. Sin embargo, las cualidades metrológicas de estos instrumentos no siempre se verifican ni son adecuados para las poblaciones que los portan, como es el caso de las poblaciones ancianas o que presentan ciertas enfermedades. Estos problemas merecen ser conocidos por los profesionales que utilizan o aconsejan estas tecnologías, con el fin de proporcionar opiniones informadas. En el contexto de la práctica clínica, los instrumentos de actimetría se muestran como instrumentos de elección para evaluar aspectos que son difíciles de conocer hasta ahora, como la utilización real de las capacidades de una persona en su vida diaria. Para que esto sea extensible a la práctica clínica diaria, es indispensable una estrecha colaboración entre los equipos de investigación y desarrollo, los médicos y los pacientes.