La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) se define como un método de administración de oxígeno (O₂) inhalado con fines terapéuticos a una presión superior a la presión atmosférica. Los beneficios terapéuticos de la OHB resultan, por una parte, de los efectos físicos debidos al aumento de la presión barométrica y la presión parcial de O₂ en los tejidos y, por otra parte, de los efectos biológicos debidos a la producción de especies reactivas del O₂ y el nitrógeno. Éstas son susceptibles de interactuar con numerosos procesos moleculares responsables de los principales efectos antiisquémicos, procicatrizantes y antiinfecciosos. Sus indicaciones se evalúan regularmente en el marco de conferencias de consenso internacionales. Las referencias en materia de indicaciones de la OHB son, por una parte, el consenso norteamericano de la Undersea and Hyperbaric Medical Society (UHMS) y, por otra parte, el consenso europeo del European Committee of Hyperbaric Medecine (ECHM). En Francia, la Haute Autorité de Santé analizó en 2007 el servicio médico esperado de la OHB en las diferentes indicaciones. Las principales recomendaciones del último consenso europeo que tuvo lugar el Lille en 2016 se registran en este documento. La OHB se aplica por medio de una cámara hiperbárica, comúnmente llamada «caja». Es una técnica compleja, que requiere una fuerte inversión humana y material. Tiene algunas contraindicaciones que deben respetarse y riesgos bien identificados que deben tenerse en cuenta.