Técnica de colocación de las prótesis totales de cadera no cementadas - 02/09/19
Resumen |
Los resultados funcionales y la supervivencia de las prótesis totales de cadera (PTC) no cementadas no difieren significativamente de los de las PTC cementadas. Aunque las tasas de reintervención en los pacientes mayores de 75̊años y el riesgo de fractura periprotésica precoz son más elevados, la fijación no cementada de las PTC no deja de aumentar y en la actualidad es el método de fijación mayoritario en muchos países. La fijación no cementada se basa en una fijación primaria mecánica, por impactación de un implante rígido en una cavidad ósea viscoelástica (ajuste a presión, press-fit) y una fijación secundaria biológica, por crecimiento óseo en contacto directo con el implante (osteointegración). Este método suprime la interfase del cemento acrílico y sus efectos secundarios nefastos, además de permitir un ahorro de tiempo quirúrgico. Sin embargo, es una técnica más cara y que requiere una amplia gama de tamaños de implante. No siempre puede realizarse y conlleva un riesgo de fractura peroperatoria, de defecto de osteointegración y de dificultades de extracción de los implantes. Se dispone de muchos modelos de implante no cementados. Se caracterizan por una superficie rugosa, que interviene en la estabilidad primaria y la osteointegración, a la que pueden añadirse un revestimiento poroso bioactivo, un macrorrelieve y un sistema de fijación complementaria. Las cúpulas con ajuste a presión, que son las más utilizadas, suelen ser hemisféricas, modulares y están constituidas por una cúpula metálica y un inserto fijado mediante encaje cónico. Los vástagos no cementados son rectos o anatómicos y de longitud variable. Los vástagos rectos pueden utilizarse en ambos lados y se bloquean por efecto de esquina, sobre todo en la diáfisis femoral proximal. Los vástagos anatómicos tienen un modelo derecho e izquierdo y se basan en un relleno metafisario máximo y un anclaje más proximal. La planificación preoperatoria es un elemento esencial que determina la factibilidad de la intervención, así como el posicionamiento y el tamaño de los implantes, con el fin de restablecer la arquitectura de la cadera. Se realiza en las radiografías de la pelvis, por lo general en 2D o, más recientemente, en 3D a partir de reconstrucciones. La técnica no cementada es exigente y requiere un aprendizaje. El cirujano debe conocer las características de los implantes utilizados, ser constante en sus elecciones, respetar de forma rigurosa las reglas del ajuste a presión y prever siempre una alternativa cementada por si la técnica no cementada no es factible o si surgen complicaciones. Una radiografía postoperatoria es indispensable para verificar el posicionamiento adecuado del implante y descartar una fisura o fractura inadvertida. Siempre que se realice una planificación preoperatoria precisa y que se domine la vía de acceso, las indicaciones de la técnica «no cementada» son amplias, incluso en ancianos, sin olvidar el riesgo de fractura.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : PTC, Fijación no cementada, Osteointegración, Fractura periprotésica, Vástagos anatómicos, Vástagos cortos
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