El «dolor de esfuerzo de la pierna» de evolución recurrente y crónica es un síntoma de muchas etiologías posibles cuya frecuencia depende de la intensidad del esfuerzo, que es baja durante las actividades físicas de la vida cotidiana, como caminar, y mayor durante las actividades deportivas como la carrera de fondo a pie. El enfoque diagnóstico de este síntoma abarca una anamnesis minuciosa y una exploración física completa (general, de la columna vertebral y de los miembros inferiores, centrada particularmente en la exploración programada de todos los tejidos y estructuras anatómicas de las piernas). Puede tratarse de una enfermedad general o una causa iatrogénica que sólo se manifieste precozmente durante el esfuerzo. Las demás etiologías se clasifican en afecciones a distancia causantes de dolor proyectado y afecciones locales de la pierna o las articulaciones vecinas. A pesar de la escasa información que suele aportar la exploración física en reposo, una evaluación sistemática permitirá orientar de la mejor manera posible y jerarquizar las pruebas de laboratorio y de imagen con vistas a establecer un tratamiento específico. El presente artículo, dedicado al estudio del diagnóstico etiológico de un síntoma, tiene como objetivo proponer un plan práctico y ordenado del procedimiento que hay que seguir. La descripción de las afecciones y síndromes causantes del síntoma será esquemática y breve, por lo que para una explicación más detallada remitimos al lector a los correspondientes artículos de la EMC en los que se analiza detalladamente cada uno de ellos. Se describen los principales datos clínicos, la evaluación y los principios terapéuticos de cada afección o síndrome. En la población general, la arteriosclerosis obliterante y la estenosis o estrechez del canal lumbar son la principal causa de la claudicación intermitente durante los esfuerzos moderados de la vida cotidiana. Otras posibles etiologías son los trastornos intervertebrales menores de la columna lumbar, la insuficiencia venosa, las neuropatías por compresión, las secuelas de traumatismos musculares, el síndrome miofascial y los músculos supernumerarios. Todos estos trastornos pueden manifestarse o no durante un ejercicio intenso de tipo deportivo, pero hay cuatro etiologías locales que son más características del esfuerzo intenso: las fracturas por estrés, la periostitis tibial, el síndrome compartimental de esfuerzo y los síndromes de atrapamiento de la arteria poplítea. A estas cuatro se añaden las tendinopatías, pero en ellas el dolor es de predominio periarticular.