Introducción a las movilizaciones tisulares. Principios de los colgajos - 28/02/18
Resumen |
La práctica de la dermatología quirúrgica permite al dermatólogo un tratamiento global de los pacientes, en particular en el ámbito de la oncología cutánea. El médico es el encargado de realizar el diagnóstico gracias a su experiencia y su visión, determina los límites tumorales y los márgenes que deben aplicarse, y realiza el procedimiento de resección, la reparación y la vigilancia. Este tratamiento completo requiere conocer los principios fundamentales que permiten una reparación adaptada a cada localización. En la mayoría de las ocasiones, se puede efectuar una reparación simple mediante sutura directa, utilizando las propiedades intrínsecas de la piel de elasticidad y plasticidad. Sin embargo, dependiendo de la localización y del tamaño de la pérdida de sustancia, puede ser necesario efectuar una reparación más compleja empleando la piel contigua para la realización de un colgajo. Los colgajos cutáneos siguen unas reglas generales comunes. Su finalidad principal es la de llevar una pérdida de sustancia no suturable por aproximación simple en la zona anatómica en la que se encuentra, a otra zona anatómica contigua, creando una pérdida de sustancia secundaria de forma distinta en la que la laxitud cutánea permite su cierre por aproximación simple. En este artículo, se establecen las bases de reflexión que permiten realizar una autoplastia, se detallan las reglas intangibles que deben aplicarse para obtener un resultado óptimo y se explican los distintos tipos de colgajos, utilizando una clasificación basada en la movilización tisular realizada mediante el avance, la rotación y la transposición.
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras clave : Dermatología intervencionista, Cirugía dermatológica, Colgajos, Plastia
Esquema
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