Conducta diagnóstica y terapéutica ante una sospecha de embolia pulmonar - 11/03/08
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Resumen |
La embolia pulmonar (EP) es un cuadro frecuente y grave que, por ejemplo en Francia, sería responsable de unos 10.000 fallecimientos al año. A pesar de los adelantos en el conocimiento de los factores de riesgo y del desarrollo de nuevas pruebas diagnósticas no invasivas, el diagnóstico sigue siendo difícil. Por eso siempre debe confirmarse o descartarse con la aplicación de estrategias diagnósticas validadas, que incluyen la evaluación de la probabilidad clínica y, según los casos, la determinación plasmática de los dímeros D, la angiotomografía pulmonar (más a menudo que la gammagrafía pulmonar por razones de disponibilidad) y la ecografía Doppler venosa de los miembros inferiores. En la mayoría de los casos el tratamiento de la EP es simple y eficaz: el tratamiento inicial se basa por lo general en una heparina de bajo peso molecular o el fondaparinux, remplazado precozmente por antivitamínicos K. La trombólisis se reserva para los pacientes con EP masiva e inestabilidad hemodinámica. La duración del tratamiento debe contemplar el riesgo de recidiva y el riesgo hemorrágico. Se recomienda un tratamiento corto de 3 meses para la EP provocada por un factor de riesgo reversible, y un tratamiento de por lo menos 6 meses en el caso de una EP sin factor favorecedor («idiopática»).
El texto completo de este artículo está disponible en PDF.Palabras Clave : Embolia pulmonar, Angiotomografía pulmonar, Tratamiento anticoagulante
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