Los términos osteocondrosis u osteodistrofias de crecimiento se refieren a un grupo de afecciones que afectan principalmente a las zonas de crecimiento y cuya expresión puede variar en función de la localización y del tipo de solicitación (compresión o tracción). El aumento de las solicitaciones mecánicas, casi siempre deportivas durante el crecimiento y en particular en su fase de aceleración puberal, juega un papel fundamental. Existen otros factores adicionales, genéticos, hormonales o nutricionales (déficit de vitamina D). Esta hipersolicitación induce localmente alteraciones tisulares de tipo microfisuras, y posteriormente microfracturas, que conducen a una necrosis isquémica cuyo potencial de reparación depende de la localización, del potencial de crecimiento restante y de la eliminación del mecanismo causal. El diagnóstico se sospecha esencialmente ante un dolor de tipo mecánico, localizado, y el estudio complementario se basa en la radiografía estándar. El estudio por resonancia magnética es útil en caso de duda diagnóstica o para especificar la actitud terapéutica. El cese de la actividad deportiva es una parte primordial de esta actitud terapéutica. Dependiendo de la localización de la lesión, puede ser útil el uso de taloneras viscoelásticas o de ortesis plantares. También es esencial una rehabilitación que incluya ejercicios de estiramiento de las estructuras retraídas, sobre todo en caso de apofisitis. Cuando todas estas medidas fracasan o se produce una complicación, puede ser necesario el tratamiento quirúrgico. Un diagnóstico rápido y preciso hace posible un tratamiento precoz que evite la evolución hacia lesiones que pueden ser irreversibles. El conocimiento de las localizaciones más frecuentes y de las situaciones de riesgo contribuye a una mejor prevención, para la que también se necesita en particular adaptar las condiciones de los ejercicios deportivos a la edad y al nivel del niño, así como enseñarle a realizar estiramientos musculares y administrarle un suplemento de vitamina D.