La evolución de la reglamentación y la normalización de los productos han generado grandes adelantos respecto a la información que recibe la población y las categorías profesionales que participan en los accidentes de niños y adolescentes. La mortalidad ha disminuido en el 70% en 20 años. Sin embargo, esta reducción es más clara en lo que atañe a los accidentes de tráfico que a los «accidentes de la vida diaria», que comprenden los accidentes domésticos, deportivos y de tiempo libre, y los accidentes escolares. A pesar de los progresos en los últimos 20 años y del descenso de la morbimortalidad, la patología accidental en la infancia sigue siendo un problema de salud pública. Como se ha dicho, este descenso es más marcado en los accidentes de tráfico que en los domésticos, deportivos y de tiempo libre. La patología accidental evoluciona también en función de las modas y los cambios de la vida diaria en las sociedades contemporáneas. Así, al lado de los accidentes típicos de la vida diaria surgen nuevos accidentes vinculados al uso inadecuado de algunos productos o a nuevas costumbres. La práctica de juegos peligrosos (juego de asfixia y de agresión) por niños en edad escolar o adolescentes se ha convertido en pocos años en un fenómeno preocupante, todavía mal conocido por los profesionales de la infancia o de la salud.