El tratamiento quirúrgico de la coxartrosis suele confundirse con la artroplastia total de cadera, cuyos progresos y fiabilidad han favorecido su desarrollo, relegando la cirugía conservadora a un segundo plano. Las mejores indicaciones de la cirugía conservadora son la corrección de un defecto estructural cuando éste es significativo y/o en caso de artrosis moderada, sobre todo en pacientes menores de 40 años. La subclasificación de nuevas afecciones degenerativas de la cadera y una comprensión mejor de la fisiopatología han permitido el auge de nuevos procedimientos conservadores, cuyas indicaciones deben conocerse. Las indicaciones de la artroscopia se han ampliado a la corrección de los defectos morfológicos intraarticulares y puede usarse en los estadios precoces de artrosis. Entre las artroplastias, el proceso de revestimiento permite preservar el tejido óseo, lo que es muy útil en los pacientes jóvenes. Los progresos en cuanto a la fijación y al par de fricción de las artroplastias han hecho que estas técnicas sigan ocupando la primera posición en cuanto a frecuencia, debido a una mayor longevidad, a una recuperación más rápida asociada a la reducción de las vías de acceso y a los protocolos de rehabilitación específicos.