Los estafilococos son bacterias comensales humanas. La especie mejor conocida es Staphylococcus aureus, que puede presentarse en estado de colonización o en infecciones. S. aureus puede ser responsable de muchas afecciones supurativas (principalmente infecciones de la piel y de los tejidos blandos, neumonías e infecciones osteoarticulares) o no supurativas (afecciones por toxina) en el niño (toxiinfecciones alimentarias, síndrome de epidermólisis estafilocócica o síndrome del shock tóxico). El cuadro clínico depende de los factores de virulencia de la bacteria. Una forma particularmente grave es la producida por S. aureus secretor de la leucocidina de Panton-Valentine, que origina estado séptico grave, infección ósea multifocal, absceso de tejidos blandos o musculares con la posible complicación de neumopatía necrótica. En función de la localización de la infección, la opción puede ser un tratamiento quirúrgico. La asociación con antibioticoterapia debe tener en cuenta la resistencia a los antibióticos, en particular a meticilina y clindamicina, y la localización de la infección. En caso de cuadro clínico sugestivo de una producción de toxina, se recomienda asociar un antibiótico antitoxínico (clindamicina, linezolid, rifampicina). En caso de fracaso o recidiva de infecciones por S. aureus, resulta útil la descontaminación de los focos de S. aureus. Los estafilococos coagulasa negativos (ECN) agrupan numerosas especies. Varias especies son comensales de la piel y de las mucosas del niño. Pueden ser responsables de infecciones endógenas (ECN provenientes de la microbiota del paciente) y exógenas (ECN transmitidos por el entorno), en particular en los recién nacidos prematuros o los niños inmunodeprimidos. Establecer la diferencia entre las infecciones y las muestras contaminadas constituye un reto diagnóstico. Las infecciones por ECN son generalmente más moderadas que las provocadas por otros cocos grampositivos. Las bacteriemias por ECN son muy frecuentes en los recién nacidos prematuros, así como la multirresistencia a los antibióticos. Como tratamiento empírico, la vancomicina es el antibiótico de elección para la mayoría de las infecciones por ECN.